Caminaba despacio, solo y en silencio, no venía de ningún lugar en concreto ni llevaba un rumbo fijo, no tenía prisa, tenía mucho tiempo, nadie le esperaba, pues ya pasó su momento.
¿Cuánto haría ya? ¿8 años? que rápido pasa el tiempo cuando no hay preocupaciones.
En todo ese tiempo no había tenido nada que hacer, no tenía ningún gasto, por lo que no necesitaba trabajar, a demás, nadie podía verlo, ni siquiera podía salir del vasto terreno en el que estaba preso.
Acostumbraba aestar solo. Desde su entierrosolo veía a su familia una vez al año, cuando iban a llevarle unas flores. Su mujer siempre lloraba ¿por qué narices tubo que beberse aquella botella de vodka? ¿por qué no le dijo que no a la convidación de su jefe?....
El resto del tiempo lo dedicaba a pasear, a jugar a las cartas y al dominó con sus amigos de los nichos contiguos como solía hacer con los clientes frecuentes de su bar habitual cuando estaba vivo. Parte de su tiempo lo dedicaba a contar a los recién llegados sus batallitas, que antaño narraba a sus nietos, batallas de guerras, de heroicidades, maniobras aéreas, tácticas náuticas y servicios militares durísimos en lugares recónditos del territorio castellano.
Añoraba el café y el coñac más incluso que el respirar, pero lo que más echaba en falta era a sus hijos, a su esposa y a sus nietos recién nacidos.
Quería salir de allí, pero no podía, cuando llegaba a la puerta esta se cerraba y una voz compasiva y amable le decía "Paciencia, te quedan 5 años para poder irte. Tu familia sigue rezando por ti."
¿Cuánto haría ya? ¿8 años? que rápido pasa el tiempo cuando no hay preocupaciones.
En todo ese tiempo no había tenido nada que hacer, no tenía ningún gasto, por lo que no necesitaba trabajar, a demás, nadie podía verlo, ni siquiera podía salir del vasto terreno en el que estaba preso.
Acostumbraba aestar solo. Desde su entierrosolo veía a su familia una vez al año, cuando iban a llevarle unas flores. Su mujer siempre lloraba ¿por qué narices tubo que beberse aquella botella de vodka? ¿por qué no le dijo que no a la convidación de su jefe?....
El resto del tiempo lo dedicaba a pasear, a jugar a las cartas y al dominó con sus amigos de los nichos contiguos como solía hacer con los clientes frecuentes de su bar habitual cuando estaba vivo. Parte de su tiempo lo dedicaba a contar a los recién llegados sus batallitas, que antaño narraba a sus nietos, batallas de guerras, de heroicidades, maniobras aéreas, tácticas náuticas y servicios militares durísimos en lugares recónditos del territorio castellano.
Añoraba el café y el coñac más incluso que el respirar, pero lo que más echaba en falta era a sus hijos, a su esposa y a sus nietos recién nacidos.
Quería salir de allí, pero no podía, cuando llegaba a la puerta esta se cerraba y una voz compasiva y amable le decía "Paciencia, te quedan 5 años para poder irte. Tu familia sigue rezando por ti."
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